800 años de la iglesia de Sant Vicenç de Mollet

Acte a l’entrada de l’esglèsia de Sant Vicenç (1914)

Durante la época medieval la mayoría de las aldeas y pueblos del Vallès eran propiedad de los señores feudales. El feudalismo es una de las características de la edad media catalán. La inexistencia de una fuerte estructura real hizo que los señores de las diferentes comarcas pasarán a ser los dueños de la vida y la hacienda de los habitantes de estas aldeas y pueblos.

Esta organización social existía también en Mollet donde, allá por el siglo XII, tenía a Pedro Ramon como señor del término que regentaba y dirigía desde su castillo. Pere Ramon era un contumaz hereje, enemigo acérrimo de la Iglesia, le ponía toda clase de trabas para que no pudiera realizar su misión pastoral libremente. Dicen las crónicas de aquel tiempo que “no perdía ocasión para hacerle daño”. Era casi como una obsesión.

De repente todo cambió. Dicen que un día se sintió tocado por la gracia de Dios y en el 1122 dio toda su jurisdicción de Mollet a Sant Oleguer, obispo de Barcelona. Pere Ramon puso una condición. Tenía que derribar su castillo y, sobre sus cimientos, erigir una iglesia con la que redimiría los pecados cometidos en su persecución religiosa.

El obispo de Barcelona accedió gustosamente a esta exigencia y construyó una preciosa iglesia, la de Sant Vicenç, que ha sido durante 800 años lugar de culto y de oración en Mollet del Valles. Aquella antigua iglesia fue destruida en 1936, durante la guerra civil.

César Alcalá

historiador