El CF Mollet durante la Guerra Civil, las víctimas

Ángel i Josep Piquer Pellicer

El Club Fútbol Mollet Unió Esportiva se fundó en 1914. Es la entidad deportiva más antigua de la ciudad. Ha jugado en varios campos de la ciudad, mayormente en el desaparecido Camp de Les Pruneres. Desde su fusión en 1993 con la U.D. Fliselina-Plana Lledó, su sede se encuentra en el Camp Municipal Germans Gonzalvo.

En los años 50 del siglo pasado estuvo cuatro temporadas en Tercera División (1954-1958) hasta que descendió de categoría en el último año. Sus colores tradicionales han sido el azulgrana aunque, tras la última fusión, se adoptaron los colores de la bandera de la ciudad, el rojiblanco.

Durante el periodo de la guerra civil tres miembros de este club de fútbol fueron asesinados. Sus nombres: Ángel Piquer Pellicer, Manuel Vila Mitjans, Lorenzo Marrugat Anglés.

El 30 de julio de 1936 fueron asesinados Luis Piquer Jové, de 56 años, maestro nacional de Parets del Vallès; José Piquer Pellicer, de 20 años, trabajador de la Fábrica Industria Linera; y Ángel Piquer Pellicer, de 18 años, trabajador de la Fábrica Industria Linera. El 6 de junio de 1941, Mercè Piquer Pellicer declaró, ante la Causa General, lo siguiente:

El día 19 de julio de 1936, mis hermanos José y Ángel se presentaron a la Guardia Civil de Granollers -según la consigna que tenían- pero estos les dijeron que se podían retirar.

Por la tarde del mismo día nos fuimos toda la familia a pasear como de costumbre y mientras estábamos ausentes pasó por Parets un coche lleno de individuos de la CNT-FAI, los cuales preguntaron si en el pueblo había algún fascista… nos fuimos con mis padres y uno de mis hermanos, Ángel, a una masía para pasar allí la noche. A medianoche se marchó mi hermano a reunirse con José -este también estaba agazapado- porque decía ‘si tenemos que morir, moriremos juntos’ y los dos se marcharon a un campo de maíz de Ca l’Olau donde estuvieron tres días.

A la una de la madrugada del día 27 al pasar por la carretera de Santa Perpetua de Moguda, el comité de este pueblo los detuvo entregándolos al comité de Moncada, estos los encerraron en una habitación muy pequeña, donde permanecer hasta las tres de la tarde. El jeje del comité había jugado a fútbol con mi hermano Ángel y decidió entregarlos al comité de Mollet.

El día 30 a las nueve y cuarto de la noche el comité de Paredes fue al café y por las calles, pidiendo a la gente que dijesen que esa noche tenía que pasar una gorda… A las diez y cuarto de la noche llamaron a la puerta y cuando mi madre fue a abrir se encontró con treinta individuos todos con fusil y pistola, que le preguntaron por mi padre y hermanos… Al día siguiente los encontraron asesinados en la carretera de Sabadell -término de Mollet, Gallechs-, en Can Valls, y mi hermano Ángel tenía el brazo roto, por lo que se supone que los maltrataron.

Los verdugos comentaron que habían asesinado a mi padre porque enseñaba el catecismo en la escuela y su hijo José, mirad si es malo, que aún exclamó cuando se sintió herido de muerte: Viva Cristo Rey!”.

Una vez finalizada la guerra la policía le preguntó a la viuda, Mercè Pellicer Casanovas, si conocía a los 30 hombres que habían asesinado a su marido ya sus dos hijos. La viuda Piquer respondió: “Sí los conozco, pero no los denunciaré, pues ahora soy yo sola la que llora la muerte del marido y los hijos; y si los denunciara serían 30 las mujeres que llorarían la muerte de sus seres queridos”.

César Alcalá

Historiador